Es necesario
que los estudiantes entiendan el conocimiento como resultado de la actividad
humana de enfrentar problemas vitales y de resolverlos, y no el acumulado
informe de una actividad ociosa que ellos tienen que memorizar.”
Rosario Jaramillo, Hernán
Escobedo y Ángela Bermúdez.
Como respuesta a la actual
situación mediática e intercultural, la educación ha pasado de ser una manera
de traslado y acumulación de conocimiento, a un proceso de transferencia de
saberes reconceptualizados y recontextualizados a la luz de un currículo
realista que posibilita el avance de la ciencia, la tecnología, los valores y
el desarrollo del aprendizaje significativo.
En consecuencia, la enseñanza del
inglés como lengua extranjera entra a ocupar un sitial preponderante en el plan
de estudios, ocupándose del desarrollo de competencias comunicativas, siendo
éstas un componente fundamental para el éxito de la vida social, profesional y
personal de todo individuo. De ahí que el objetivo del inglés como disciplina
académica esté orientado a lograr soltura y comunicación espontánea, haciendo
énfasis en el significado y luego en la forma, dejando la gramática como medio
y no un fin mismo, buscando que los actos comunicativos dentro del aula de
clase sean comprensibles para el aprendiente, y el habla del mediador se
convierta en el andamiaje o referente a través del cual se le proporcione un
desafío lingüístico que el estudiante asumirá al “intentar” contestar en
inglés, para luego estar en capacidad de transferir este conocimiento al
contexto real.
Por esta razón, el enfoque actual
de la enseñanza del inglés como lengua extranjera está basado en el método
nocional-funcional combinando con el método natural, el TPR y el aprendizaje basado en tareas y
proyectos, promoviendo así el desarrollo interlingual e intercultural, según
los lineamientos curriculares del Ministerio de Educación Nacional vigentes.
Así las cosas, al desarrollar la
disciplina como licenciado en lenguas modernas, se está haciendo uso de las
metodologías antes mencionadas privilegiando la interdisciplinariedad, usando
contenidos de otras áreas, pero en su equivalente lingüístico en inglés,
integrando lo conocido con lo nuevo, pretendiendo, siguiendo a Bruner[1] “conferir al alumnado una
mejor comprensión de la complejidad del mundo en el que se vive”, máxime si más que egresar
estudiantes con altos niveles académicos se persigue formar buenos ciudadanos,
para lo cual desde el inglés se deberá fortalecer la interculturalidad y la
tolerancia, tratando de hacer de la lengua extranjera un eje transversal que
unido al castellano y a las otras áreas, dinamicen el proceso de enseñanza
aprendizaje.
Bajo estas premisas, el aprendiente
de inglés, enmarcado por el esquema de scaffolding o andamiaje de Coll[2], entra a negociar
significados con el mediador buscando que sus referencias, expectativas y
necesidades sean las líneas gruesas que guiarán la enseñanza y el aprendizaje,
brindando constantemente una retroalimentación a modo de evaluación que nutrirá
el ciclo y hará andar el proceso, esto se logrará bajo la didáctica de los
proyectos de aula y los lineamientos del aprendizaje autónomo, usando como
actividades aglutinantes el T.P.R , Centros de aprendizaje y la
recuperación cognitiva.
La puesta en marcha de esta
propuesta didáctica inicia con la selección de ejes temáticos negociados con
los aprendientes, posteriormente se conceptualizará y comprenderá algunas
habilidades de pensamiento como la identificación y nominación así como la
clasificación, unidas a otras estrategias de aprendizaje que los niños ya
manejan de forma empírica y que están basados en la visión de Rebeca Oxford[3] como son las estrategias
de memoria, comprensión, metacognitivas, afectivas y sociales, para terminar
con actividades en las que se haga transferencia al mundo real de lo aprendido
en las aulas.
En definitiva, se pretende que bajo
un modelo pedagógico interactivo procedente del aprendizaje significativo y el
aprendizaje autónomo, los aprendientes del inglés como lengua extranjera logren
desarrollar habilidades de pensamiento crítico y competencias comunicativas
gracias al uso de metodologías activas que tengan en cuenta lo lúdico,
centradas en el interés de los aprendientes, que promuevan la intra e
interdisciplinariedad, ricas en factores culturales y afectivos, en armonía con
lo sugerido por el contexto real, el institucional y la normatividad colombiana
vigente.
[1]
BRUNER (1997). Citado por RAMOS, Joaquín García. Revista investigación en la
escuela No. 3 de 1999.Sevilla-España. P47.
[2]
COLL.C. Citado por DIAZ, Frida y HERNÁNDEZ, Gerardo. Estrategias docentes para
un aprendizaje Significativo. MacGraw Hill, México. 1999. p 27.
[3]
OXFORD , Rebeca. Citado en Lineamientos curriculares de lenguas extranjeros. MEN. Bogotá 1999. p27.
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